25 d’agost del 2009

Alexis, encara anem així...

Las religiones no se llevan bien con las mujeres, que viven en un estado de permanente minoría de edad, justificado por la apelación a revelaciones divinas, a preceptos inamovibles o a la supuesta voluntad del fundador. Apenas hay excepciones al respecto. A ellas no se les permite el acceso al ámbito de lo sagrado, que es una especie de sanctasanctórum al que sólo llegan los varones. No son consideradas sujetos morales con capacidad de actuar responsablemente.
Su conciencia está sometida a las leyes religiosas. Su libertad se ve tutelada por los varones. Su sexualidad es controlada por una moral represiva impuesta por los clérigos y moralistas de vía estrecha.
La discriminación no está en los textos sagrados, sino en su interpretación patriarcal. Y, sin embargo, ¡qué paradoja!, las mujeres suelen ser las más fieles seguidoras de las orientaciones religiosas, las que más participan en los ritos sagrados, las que inculcan con más tesón los sentimientos religiosos a sus hijos e hijas, las que de manera más eficaz ayudan a mantener intactos los sistemas de creencias religiosas y las que más contribuyen a reproducir la organización patriarcal de las religiones.


http://www.redescristianas.net/2009/08/25/mujeres-en-el-islam-tradicion-o-emancipacionjuan-jose-tamayo-teologo/



... Es precisamente de la experiencia de la resurrección del Crucificado, vivida y testificada por María Magdalena y las mujeres que la acompañaban, de donde nace la Iglesia cristiana, que da continuidad al movimiento puesto en marcha por Jesús de Nazaret en Galilea. Por tanto, sin las mujeres quizás el movimiento de Jesús no hubiera continuado, ni hubiera existido la Iglesia cristiana.

María Magdalena es, sin duda, una figura para el mito y la leyenda, pero también un icono en la lucha por la emancipación de las mujeres, a la que apelan los movimientos feministas como referente irrenunciable en la construcción de una sociedad sin violencia, sin discriminación y sin desigualdad por razones de género. María de Magdala responde ejemplarmente, creo, al perfil de Ethel Smyth, personaje de una de las novelas de Virginia Woolf, a la que describe de esta guisa: “Pertenece a la raza de las pioneras, de las que van abriendo camino. Ha ido por delante, y talado árboles, y barrenado rocas, y construido puentes, y así ha ido abriendo camino para las que van llegando tras ella”.

¡Ojalá que cada vez seamos más los hombres y las mujeres de todos los credos e ideologías, etnias y culturas que, sin ser pioneros y pioneras, al menos sigamos el camino de la emancipación abierto por María de Magdala hace veinte siglos!

http://www.redescristianas.net/2009/07/23/maria-magdalena-pionera-de-la-igualdadjuan-jose-tamayo-teologo/
Molts petons!